Ella se recostaba mientras la luna y un puñado de estrellas eran los testigos de tal traición, empezo a tocar su hombro, su manos bajaron lentamente a su pecho y estas reposaron un instante, las olas traian el rumor de la pasion, de la juventud y liberaban en cada golpe un poco de su erotismo la espuma que como en la antiguedad eran la semilla del dios castrado que fecundó la espuma de las olas. Y ella estaba alli jugando con sus manos, y amando a la tierra que alguna vez la engendro.
2 Comentarios:
naah, la foto bien, el escrito no me convence todavia
Nice.. y gracias.
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